Renault prepara la carga inteligente, bidireccional e inductiva para sus coches eléctricos

Renault prepara la carga inteligente, bidireccional e inductiva para sus coches eléctricos

El nuevo sistema de carga para los coches eléctricos de Renault en el futuro será inteligente, bidireccional e inductivo, y se denominará Plug and Charge. La compañía francesa tiene como objetivo con esta tecnología que los usuarios de sus vehículos eléctricos puedan conectarse a una estación de carga pública sin realizar ningún paso más, dado que el sistema de control se encargaría de identificar el vehículo y permitir el pago de forma automática mediante un protocolo encriptado que garantizaría la seguridad, sin necesidad de utilizar ningún tipo de tarjeta de crédito o de socio.

Por otra parte, la recarga inteligente bidireccional permitiría que el flujo de energía vaya de la red al coche para proceder a su recarga, pero también en sentido contrario, del coche a la red, para el reabastecimiento de la misma, con una función es doble: medioambiental, porque promueve la electricidad con bajas emisiones de carbono, y económica, ya que consigue abaratar los costes al hacer que la energía esté fácilmente disponible.

Mediante este tipo de carga, si un vehículo eléctrico Renault está enchufado en una estación de carga pública o en el domicilio del usuario, la batería pasará a cargarse o descargarse en tiempo real para ayudar a equilibrar la oferta y la demanda de energía de la red eléctrica a la que se encuentra conectado, algo que puede realizarse a escala nacional, pero también a nivel local.

El vehículo almacena la electricidad procedente de fuentes de energía renovables, sobre todo solar y eólica, cuando está disponible o cuando la tasa de consumo de electricidad es baja; y en caso contrario, si la demanda de energía es alta o la cantidad de electricidad generada por las fuentes de energía renovables es baja, el vehículo puede devolver energía a la red.

Esta tecnología se basa en el principio de la inducción electromagnética, que consiste en que al hacer pasar una corriente eléctrica a través de una bobina, se crea un campo magnético cuya acción genera otra corriente eléctrica en una segunda bobina, transfiriendo así la electricidad sin contacto físico.

Las aplicaciones regulares para la carga por inducción necesitan que el cargador y el dispositivo receptor de la electricidad estén cerca uno del otro, de forma que bastaría con aparcar el vehículo eléctrico con una bobina receptora instalada bajo la carrocería en una plaza de aparcamiento que contase con la bobina emisora integrada en el suelo, para que el proceso de carga tuviera lugar de forma automática y sin necesidad de cables.

El reto pasa por la carga por inducción dinámica, es decir, mientras el coche circula. Con esta tecnología el vehículo eléctrico recoge la energía eléctrica generada por inducción mientras se conduce al pasar por las bobinas emisoras, que están integradas directamente en la carretera, lo que aumentaría la autonomía sobre la marchay permitiría reducir la necesidad de utilizar baterías de alta capacidad.

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