Cuando las carreteras recarguen los coches eléctricos mientras circulan...

Cuando las carreteras recarguen los coches eléctricos mientras circulan...

A la hora de valorar la adquisición de un vehículo eléctrico, destacan cuestiones que todavía frenan a muchos usuarios a dar el paso, tales como la autonomía, la velocidad de recarga o la disponibilidad de infraestructura de recarga. Sin embargo, a medida que el mercado eléctrico crece, los fabricantes ofrecen más soluciones para la carga de estos vehículos, aunque el tiempo que se destina durante el proceso sigue siendo muy alto.

La tecnología de inducción dinámica contempla recargar la batería de los coches eléctricos mientras circulan, aumentando la autonomía, y se presenta como alternativa a las baterías, que aunque en los últimos tiempos han dado un salto tecnológico aumentando su autonomía y la velocidad de carga, todavía no han avanzado lo suficiente.

En este sentido, la marca automovilística Renault lleva desde 2012 participando en proyectos de investigación para el desarrollo de esta tecnología de carga por inducción dinámica que contempla integrar en las carreteras bobinas emisoras de electricidad que se encarguen de cargar a los vehículos eléctricos que circulen por ellas. De esta forma, no solo los conductores se ahorrarán tener que depender de las estaciones de carga, sino que además los fabricantes no deberán centrar sus esfuerzos en diseñar baterías de cada vez más alta capacidad.

Este tipo de recarga se basa en el principio de la inducción electromagnética, que consiste en que “al hacer pasar una corriente eléctrica a través de una bobina, se crea un campo magnético cuya acción genera otra corriente eléctrica en una segunda bobina, transfiriendo así la electricidad sin contacto físico”.

Esta tecnología requiere que el cargador y el dispositivo que recibe la electricidad estén cerca el uno del otro, lo que trasladado a la realidad del coche eléctrico vendría a ser lo mismo que “aparcar el vehículo eléctrico con una bobina receptora instalada bajo la carrocería en una plaza de aparcamiento que contase con la bobina emisora integrada en el piso, para que el proceso de carga tuviera lugar de forma automática y sin necesidad de cables”.

Aunque de momento es solo un concepto, los fabricantes ya empiezan a testar este tipo de soluciones que marcaran el camino hacia el futuro de la electromovilidad; y un ejemplo es Suecia, que desde hace unos años trabaja en la conversión de las carreteras en fuentes de alimentación de energía para vehículos eléctricos con una propuesta denominada eRoadArlanda que consiste en un tramo de dos kilómetros ubicado entre el aeropuerto Arlanda de Estocolmo y un enclave de logística que incorpora un raíl electrificado en el que los vehículos que pasan se encajan a través de un brazo móvil. Mientras el coche o camión circula por él, no gasta la energía de su batería.

Otro ejemplo podemos encontrarlo en Alemania, donde el grupo tecnológico e industrial Siemens estrenó el proyecto Elisa, un sistema que permite que una red de camiones híbridos, equipados con un pantógrafo en la parte superior de la cabina, puedan conectarse a una línea de catenaria colocada en la autopista para poder extraer energía eléctrica y cargar las baterías que los propulsan.

Según Renault, para 2022, la isla de Gotland en Suecia, contará con una ruta con carga inductiva dinámica de alrededor de 1,6 km, que suministrará electricidad a los autobuses y camiones eléctricos que se desplacen entre el aeropuerto y el centro de Visby, la capital de la isla.

 

En todos estos casos, la recarga se hace con el vehículo en marcha, pero no de forma inalámbrica, por lo que es necesario que se instale equipación e infraestructura específica para que se produzca la transmisión de electricidad.

Es probable que falten algunos años para que esta tecnología sea una realidad, pero estas pruebas ya nos acercan al futuro. 

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