Tesla es una mezcla entre una compañía automovilística y una tecnológica y, por lo general, Elon Musk crea tanta expectación por sus productos como la misma Apple a través de eventos como el Battery Day, en el que la compañía anunció sus avances relativos al componente más importante del vehículo eléctrico, con un impacto similar a las conocidas Keynote de la marca creada por Steve Jobs.
El evento se desarrolló, de acuerdo con los protocolos de seguridad, en un aparcamiento lleno de unidades del Model 3, desde los cuales 240 accionistas siguieron en directo las intervenciones de Musk y compañía, que hablaron desde un escenario, al más puro estilo autocine.
Se especulaba que Tesla podía presentar o anticipar baterías capaces de alargar su vida útil mucho más allá de los 10 años, así como otras más baratas, que permitan de una vez por todas reducir el precio de los eléctricos, pero lo cierto es que ni una cosa ni la otra. En cambio, el CEO de la compañía anunció que “en tres años podremos hacer un coche de 25.000 dólares que será igual, o mejor, que un coche equivalente de gasolina”, mientras lamentaba que “no tenemos ahora un coche asequible, pero lo tendremos en el futuro”.
Se trató sin duda de la noticia de la noche, o sea, la promesa de un vehículo eléctrico asequible de verdad, más en línea con los coches premium de gasolina, aunque pese a lo positivo del anuncio, los inversores se mostraron escépticos, conociendo la tendencia del directivo de fallar en sus previsiones y retrasar sus lanzamientos varios meses o años. La prueba es que tras cerrar la jornada en bolsa en negativo, dejándose un 5,6 %, tras el evento perdió otro 6,87 % de su valor, el equivalente a 29,15 dólares por acción.
Tampoco se especificó sobre las esperadas baterías mejoradas con una vida útil más longeva, aunque Musk sí citó nuevas baterías que serán más potentes, más resistentes y fiables y que costarán alrededor de la mitad que las actuales... y pocos detalles más, como que serán seis veces más potentes, con un 16 % más de autonomía, y que su producción no arrancará hasta dentro de tres años.
Siguiendo con las ambiciones del fabricante, una de sus próximas y principales misiones será reducir los costes de fabricación de baterías, algo que esperan conseguir reciclando unidades y reduciendo el uso de cobalto a casi cero, apostando sobre todo por el silicio y el níquel, así como tomando el control de su ensamblaje en las fábricas.
