El presidente del grupo Volkswagen, Herbert Diess, ha afirmado que la propuesta de endurecimiento de los límites de emisiones de CO2 por parte de la Unión Europea pueden ayudar a acelerar la implantación del coche eléctrico, pero además ha pedido otras acciones complementarias como la eliminación de los subsidios al diésel.
Según el Diess "si nosotros, como sociedad, estamos dispuestos a aceptar que la transformación hacia la movilidad neutra en CO2 se lleve a cabo más rápidamente, algo posible para Volkswagen. Pero es algo que debe analizarse si es factible para toda la industria, incluyendo suministradores y el sector político".
El máximo responsable del grupo alemán ha puesto el dedo sobre la yaga de los beneficios fiscales que disfruta el diésel, e indica que deberían ser abolido. De esta manera ha indicado que "si deseamos lograr que el cambio sea lo más rápido posible, también necesitas poner en marcha las condiciones marco adecuadas. Siempre que el precio del diésel sea de solo un euro por litro, eso será muy difícil".
Al tiempo, Diess ha avisado de que existe el riesgo de quiebras y pérdida de puestos de trabajo en la industria del automóvil si la Comisión Europea elevase los requisitos de emisiones, y ha declarado que "una transformación más rápida también significa que más empleos y empresas enteras se verán presionadas o se perderán en ciertas áreas".
Se trata de unas declaraciones delicadas por parte del presidente de uno de los principales fabricantes de motores diésel de la historia, que se ha embarcado en un giro que sin ser radical, avanza hacia la imposición de la movilidad eléctrica, ya que a partir de 2020 las cifras de ventas de eléctricos de la compañía seguirán creciendo en cada ejercicio, con 400.000 unidades en 2021, 1 millón en 2022, hasta llegar al 20 % en 2025, cuando Volkswagen espera vender 3 millones de unidades al año.
