El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció, en el marco de la presentación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española, que España contará con 250.000 vehículos eléctricos nuevos para 2023. E este sentido, Sánchez expresó que "en los próximos tres años vamos a apostar por una estrategia de despliegue de la electrificación de la movilidad a través de la que se desplegarán más de 250.000 vehículos eléctricos nuevos en 2023 y como hito para lograr los cinco millones de vehículos eléctricos para 2030".
En este sentido, los directivos de algunas de las principales marcas automovilísticas en España han explicado al diiario digital El Español que este objetivo del presidente del Gobierno es extremadamente ambicioso, y a día de hoy, muy difícil o imposible de cumplir.
En este sentido, el director general de una reconocida compañía de coches ha afirmado que “España en 2020 solo cuenta con 30.000 coches eléctricos en el parque automovilístico, lo que significa que acabaremos este año con 45.000 coches eléctricos, en el mejor de los casos”.
Si para 2023, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha prometido 250.000 coches eléctricos, esto significa que tendríamos que vender cada año unos 70.000 coches eléctricos, seis o siete veces más que lo que se está vendiendo ahora mismo, señala este directivo, que califica esta promesa de un sueño, todavía más difícil de cumplir si lo que se pretende es vender en tres años 250.000 coches eléctricos anuales.
Este directivo afirma que el coche eléctrico en España tiene una cuota del 1 %, y si se quieren vender 70.000 coches de aquí a 2023, la cuota tendría que subir al 7 %. Y si se pretenden comercializar 250.000 coches en 2023, ya estaríamos hablando de una cuota del coche eléctrico del 25 % o 30 % dependiendo de si estamos en un millón o en 1,2 millones de ventas de coches para entonces.
Otra cuestión, y ahí es donde puede estar el truco de este anuncio, sería que el presidente del Gobierno se refiera al coche eléctrico, cuando en realidad está hablando del coche electrificado. No serían, por tanto, cifras de coches eléctricos puros, sino también de otras variantes como los híbridos enchufables, que tienen la etiqueta CERO de la DGT; pero no son coches de emisiones cero, ya que pueden circular en combustión.
En este caso, el volumen de ventas será mayor, pero entonces demostraría que el presidente del Gobierno estaría jugando con el lenguaje, ya que su anuncio dejaba bien claro que era sobre el coche eléctrico.
Este anuncio recuerda, según señala este directivo, al que ha hizo en su momento en 2006 el entonces Ministro de Industria, Miguel Sebastián, quien señaló que para 2020 habría un millón de coches eléctricos circulando por España… y tal y como hemos dicho solo hay 30.000, reitera este directivo.
No obstante, este anuncio de Pedro Sánchez ha sido utilizado por los directivos del automóvil para recalcar que todavía queda mucho por hacer en materia del coche eléctrico.
Por otra parte, desde el Gobierno han prometido que habilitarán más de 100.000 puntos de recarga de vehículos eléctricos, con el fin de facilitar la implantación de este tipo de movilidad y apuntó que se acelerará la transformación a gran escala del sistema energético para alcanzar un sistema 100 % renovable en 2050.
En esta línea de incertidumbre señalada por los fabricantes se ha mostrado Faconauto, la asociación de concesionarios, para quien este plan "va en línea" con la apuesta que el sector de la automoción está haciendo para la descarbonización de la movilidad y ayudará a España a situarse en la senda de otros países del entorno. Sin embargo, a su juicio, van a ser necesarios "muchos recursos" para pasar de matricular 8.000 coches eléctricos al año a unas 500.000 unidades anuales "de aquí a 2030".
Una vez fijados los objetivos, Faconauto ha indicado que es necesaria la colaboración público-privada de las diferentes administraciones para que tenga un "efecto arrastre claro" sobre la inversión, el empleo y la cohesión territorial, y ha pedido que se ponga el foco en el desarrollo "rápido" de los puntos de carga, no solo en las zonas urbanas, sino también en las de menos densidad de población.
