Las diferencias entre un coche eléctrico y uno de combustión a la hora de hacer el mantenimiento...

Las diferencias entre un coche eléctrico y uno de combustión a la hora de hacer el mantenimiento...

El mantenimiento de los vehículos se ha complicado debido al aumento de la electrónica en los vehículos y sus componentes, cada vez más delicados y difíciles de entender, y que ha hecho que la mayoría conductores abandone la idea de hacer parte del mantenimiento por su cuenta y riesgo... esta situación se vuelve todavía más hostil en el caso del coche eléctrico, aunque hacer la revisión a este tipo de vehículos resulte más económica porque hay menos cosas que "mantener"... Repasamos las diferencias entre hacer el manteniumiento de un coche eléctrico y uno tradicional de combustión...

 

Quienes optan por comprar un coche de combustión, lo normal es que tengan planificado los cambios de neumáticos, de frenos, líquidos, correa de distribución...etc., elementos que se degastan en cualquier vehículo, pero que en un coche eléctrico cambian ligeramente.

Lo primero que pensamos cuando hablamos del mantenimiento de un coche eléctrico, es todo lo relacionado con la electrónica y, evidentemente, la electricidad. En este sentido, debemos asumir que todas las operaciones relacionadas con este tema las tendrán que llevar a cabo profesionales especializados, de forma que si hablamos del motor, el comprador de un coche eléctrico se puede despreocupar, ya que su estructura es tan sencilla y su funcionamiento tan simple que no tiene que prestar atención a fallos mecánicos por desgaste, como si pueden ser más habituales en motores diésel o gasolina mal cuidados, que requieren sustituciones de los filtros de combustible, las bujías o la correa de distribución.

Tampoco hay embrague que cambiar, por lo que en términos generales, un vehículo eléctrico necesita que le prestemos menos atención mecánica que a un automóvil de combustión; y las sustituciones y el mantenimiento general, por tanto, suele centrar piezas y componentes que también tendremos que jubilar en los diésel y la gasolina.

Se trata de aspectos como los cambios de neumáticos, de las pastillas de freno o de los amortiguadores, elementos que necesitan ser cambiados cuando el fabricante  señale y que en la mayoría de los casos están sujetos al tipo de conducción que hagamos, aunque, por norma general, se suelen utilizar algunos plazos que pueden variar por el tipo de conducción y las recomendaciones del fabricante.

El asunto se vuelve algo más espinoso en el cambio de la batería general que alimentan los motores eléctricos, pues es el componente más caro de un coche eléctrico. Está comprobado que con el paso del tiempo, este componente pierde eficacia y que, siempre que podamos, son buenas las recargas lentas y aquellas en las que el coche no se carga por completo. Tampoco es bueno descargar las baterías hasta dejarlas secas, ya que en ambos casos, se producen sobrecalentamientos que las dañan y que, repetidamente y con el paso de los años, derivan en una pérdida evidente de autonomía.

La mayor parte de los fabricantes de coches eléctricos están dando plazos de garantía de entre ocho y diez años para las baterías, aunque la pérdida de eficacia varía. El precio del cambio de batería no es una información que suelan dar las marcas, que alegan que no tienen precios estándar para cada caso, aunque es de esperar que los precios de las baterías bajen, según vaya aumentando su producción, por lo que las cifras actuales puede no tengan nada que ver con las que encontremos dentro de 10 años.

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