Hispano Suiza fue la marca española más emblemática en lo que a coches de lujo se refiere a principios del siglo pasado, y resurgió hace algunos años con la cuarta generación de la familia manteniendo su sede central y sus instalaciones en Barcelona, y manteniendo más de las tres cuartas partes de los componentes que utiliza en sus procesos de producción procedentes de la industria auxiliar española.
Tras diseñar y desarrollar en Barcelona el Carmen, que se fabrica a mano y tardando en su producción entre 8 meses y un año, la marca española da ahora un paso más en busca de la exclusividad con el Boulogne que es una evolución del propio Carmen, con respecto al que es más potente, ligero y rápido.
Se trata de un deportivo biplaza de tracción trasera con dos motores eléctricos, uno en cada rueda, que desarrollan de forma conjunta 1.115 CV, 95 más que en el Carmen. Los dos motores tienen un funcionamiento independiente, coordinados por una centralita electrónica que permite modificar la velocidad relativa de giro de uno con respecto al otro para favorecer la entrada del coche en las curvas y la motricidad a la salida de la misma.
Según la marca española, el Boulogne acelera de 0 a 100 km/h en apenas 2,6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 290 km/h frente a los 250 km/h del Carmen, gracias no sólo a su mayor potencia, sino también a un desarrollo de la transmisión más largo.
La batería es de polímero de litio y está encerrada en una carcasa de fibra de carbono situada por debajo del piso y provista de refrigeración líquida con una capacidad de 80 kWh, aunque desde la compañía señalan que es posible sustituirla en el futuro por otra de mayor densidad energética según vayan desarrollándose.
La autonomía que Hispano Suiza estima para este modelo en caso de someterlo al protocolo de homologación NEDC es de más de 400 kilómetros; nmientras que el peso de este exclusivo eléctrico es de 1.630 kilos, 60 menos que en el Carmen, una reducción lograda gracias a una nueva suspensión que ahorra uno 25 kilos, a un nuevo subchasis que reduce otros 15 kilos, a una optimización en el diseño de algunos componentes del chasis y al empleo de un techo de fibra de carbono que pesa 6 kilos menos.
Está fabricado con fibra de carbono, presente en el chasis monocasco, los subchasis, las estructuras de absorción de impactos y los paneles de la carrocería; y su suspensión es un paralelogramo deformable en ambos ejes, con dobles trapecios y amortiguadores de dureza regulable, pero con un ajuste más firme.
Lo que no es, es barato... ya que se puede considerar que con un precio de dos millones de uros, es el coche eléctrico más caro, aunque también el más potente, del mundo.