La compañía BYD acaba de presentar la que podría ser la batería para coches eléctricos más segura del mundo, al asegurar que ni se incendia, ni explota, incluso si un posible accidente la partea en dos.

Antes de salir al mercado, las baterías especialmente fabricadas para alimentar a los coches eléctricos deben superar hasta ocho pruebas de seguridad, unas pruebas con las que se garantiza que las piezas de alto voltaje que montan los enchufables pueden soportar cualquier problema.

Se trata de tests con los que se comprueban el nivel de vibraciones que pueden soportar, su operatividad a diferentes temperaturas, su resistencia al fuego y su resistencia ante un choque mecánico.

Cuenta el portal Movilidad Eléctrica que para medir la seguridad que ofrecen las baterías en caso de accidente, se simula la deceleración que sufriría la batería en caso de colisión, al tiempop que se pone a prueba tanto su construcción como sus sistemas de anclaje al vehículo.

Por este motivo, la Blade Battery, que es como se denomina esta nueva fuente de alimentación de los coches eléctricos, está diseñada de manera que ni se incendiará ni explotará incluso en el caso de que una pieza metálica la atraviese; hasta el punto de que en las pruebas reales de penetración, la temperatura de la zona alcanzó los 60 grados centígrados.

Además, esta batería tampoco se incendia si es doblada, aplastada, o sobrecargada hasta el 260 %; y tampoco si se aplica calor hasta 300 ºC.

La clave de este diseño está en la manera en la que las celdas están dispuestas dentro de la batería, ya que se utilizan celdas individuales, ordenadas, protegidas en filas e insertadas en la batería, que dan como resultado si ocurre una penetración, que la cantidad de celdas afectadas es relativamente baja y el problema no se extiende a toda la batería.

Esta novedosa distribución de las celdas permite además ahorrar hasta un 50 % por lo que, aunque ese no ha sido el objetivo de la investigación, el nuevo diseño permite aumentar la autonomía.