Desarrollan una solución química que alarga la vida útil de las baterías agotadas de los coches eléctricos, reduciendo residuos y costes de producción

Desarrollan una solución química que alarga la vida útil de las baterías agotadas de los coches eléctricos, reduciendo residuos y costes de producción

Un equipo de científicos chinos ha descubierto una manera de revivir baterías de iones de litio que ya se daban por perdidas, a través de una técnica que podría suponer un giro de 180 grados en la industria del coche eléctrico, al ofrecer una alternativa sostenible al reemplazo constante de baterías.

 

La investigación, liderada por Yue Gao, químico de la Universidad Fudan de Shanghái, se ha centrado en la recuperación de las baterías agotadas de coches eléctricos, que hasta ahora representaban un importante desafío ambiental, teniendo en cuenta que se calcula que, sólo en 2024, se desecharon cerca de 900.000 toneladas métricas de baterías, una cifra que podría multiplicarse hasta 20 millones en 2040.

El equipo de investigadores utilizó Inteligencia Artificial para encontrar una molécula capaz de "resucitar" las celdas muertas, permitiendo que recuperaran su capacidad mediante una fórmula especial añadida al electrolito, según cuenta la revista Scientific American (SCIAM).

Tras numerosas simulaciones, los investigadores dieron con un compuesto llamado trifluorometanosulfinato de litio (LiSO₂CF₃), que demostró ser especialmente eficaz para restaurar la energía de las baterías, a partir de un método similar al de una inyección médica. En este sentido, Gao ha explicado que "si podemos inyectar un suero a un paciente para que se recupere, ¿por qué no podemos tener también una poción mágica para las baterías agotadas?".

Y eso fue precisamente lo que lograron, ya que al añadir esta solución al electrolito de baterías tipo fosfato de hierro y litio (LFP), consiguieron devolverle hasta un 96 % de su capacidad original, incluso tras más de 12.000 ciclos de carga y descarga.

Este avance no solo tiene implicaciones ambientales, sino también económicas, ya que la batería representa alrededor del 40 % del coste total de un coche eléctrico, y alargar su vida útil supondría un gran ahorro para fabricantes y usuarios. Además, este procedimiento también ha mostrado buenos resultados con otro tipo de baterías, como las de níquel, manganeso y cobalto (NMC), que son comunes en modelos de gama media y alta.

Ahora, uno de los grandes retos ahora es trasladar este éxito de laboratorio a un contexto real, de manera que el investigador imagina estaciones especializadas donde los conductores puedan llevar sus baterías para "revitalizarlas", evitando así su reemplazo completo.

En colaboración con la empresa Zhejiang Yongtai New Material, el equipo trabaja ya en la posible comercialización de este sistema, aunque algunos expertos señalan que aún quedan barreras por superar como la compatibilidad con diferentes tipos de baterías, la seguridad del procedimiento y su viabilidad a gran escala.

Este nuevo enfoque apuesta por la reparación directa de las baterías, lo que podría reducir la producción de residuos y alargar la vida útil de las mismas incluso sin desmontarlas.

En cualquier caso, algunos analistas, como Hans Eric Melin de Circular Energy Storage, consideran que el mercado potencial es limitado debido a la larga vida útil actual de las baterías, aunque coinciden en que esta propuesta abre una puerta a nuevas oportunidades tecnológicas.

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