A Iñigo Muro no le daba tiempo a llegar desde su clase en la Universidad a la de piano en el conservatorio de Pamplona. Se trataba de casi cinco kilómetros que parecían insalvables hasta que desarrolló un invento capaz de convertir su bicicleta en eléctrica. Así nació Neutronkit, un válido para todas las bicicletas, aunque podría ser necesario realizar alguna pequeña modificación en determinados modelos.
De esta manera, l idea nació de la necesidad de este joven de desplazarse por Pamplona cuando empezó a estudiar en la Universidad. “Era 2020 y estábamos en plena pandemia, así que había que tener cuidado con los aforos en las villavesas y no tenía carnet de conducir ni nada”, ha explicado Muro para añadir que “me di cuenta de que ya tenía la bicicleta y que lo único que me quedaba era hacerla eléctrica. Así que realicé una primera compra de un kit de electrificación de China y lo probé. Después, ha sido un proceso de tres años para ir mejorándolo hasta llegar al modelo actual, que vendo en la empresa Neutronkit. Estoy muy contento y orgulloso de lo que he hecho porque hay mucho trabajo detrás".
Según cuenta Muro al Diario de Navarra, "al principio, me subí la bici del pueblo, pero tenía que ir esprintando y llegaba sudando y cansado. Pensé que con una bici eléctrica me ahorraba ese esfuerzo, pero vi los precios y estaban por las nubes porque encima era una época en la que faltaban los chips”, pero al mismo tiempo, empezaban a aparecer por foros de internet los primeros kits de electrificación de bicicletas. “En ese momento, tenían muchos cables y sensores y era muy difícil instalarlos, por lo que hice una primera compra de China que no sabía ni cómo funcionaba. Lo instalé y fue un paso importante hacia la libertad de movimiento porque no tenía que pensar ni en aparcamiento ni en gasolina. Gané libertad”.
Ahí comenzó un costoso proceso para probar el producto y realizar mejoras. “Fui mirando también otros kits que había en el mercado y acabé haciendo relación con los fabricantes, que eran de China. Me preguntaban a ver qué mejoras veía y qué necesitaba la sociedad. Sin saberlo, acabé trabajando para ellos. A veces pienso que igual tendría que haberles vendido las ideas o haberme quedado las patentes. Ahora sí que tenemos una buena relación, pero ellos se quedaron con el diseño”, asegura.
A lo largo del tiempo, la tecnología de los kits ha ido mejorando y simplificándose, permitiendo una conversión rápida y sencilla para la gran mayoría de bicicletas.
Tan solo hace falta una batería en el cuadro y un cable que la conecta al motor situado en la rueda trasera, que se activa con un sensor de movimiento. “Tiene cinco modos de asistencia, una velocidad máxima de 25 km/h, conforme a la legalidad, y una durabilidad de 30 a 60 kilómetros. La utilizo a diario y la cargo cada 10 días”, detalla el inventor.
El kit es válido para todas las bicicletas, aunque puede ser necesario realizar alguna pequeña modificación para determinados modelos. “Puede haber problemas con el eje de alguna rueda trasera de bicis modernas o de carretera o para poner la batería en la zona del botellero de algunas plegables. Pero nosotros adaptamos la batería a la bicicleta de cada cliente”, remarca Muro.
Los primeros prototipos ya han salido a la venta y están teniendo muy buena acogida, tanto que “el producto se vende por la página web y ahora estamos sin stock. Estamos un poco muertos por el éxito. Estoy buscando inversores que crean en la idea y en los valores para que podamos seguir creciendo. Tenemos un plan de negocio para distribuir esta tecnología al por mayor a los talleres interesados. Vemos que hay demanda tanto en España como en Europa, pero queremos empezar por lo local. Yo, encima, quiero devolverle el fruto a Pamplona por lo bien que se me ha acogido”.
El kit cuesta entre 600 y 800 euros en su versión básica. “Una bicicleta eléctrica puede estar rondando los 1.500 euros, mientras que una bicicleta de segunda mano con este kit te puede salir por la mitad con los mismos resultados. Es una muy buena opción de sacarle partido a lo que tenemos y a un precio asumible”, considera Muro, que añade que “creo que transformar las bicicletas que hay ahora en eléctricas puede tener mucho valor. Es una manera de reciclar y darles una segunda vida. Luego, también hay que cambiar la mentalidad de la gente para ir hacia una movilidad más sostenible. Creo que la bicicleta eléctrica es muy buena opción y en unos años va a ser un vehículo muy valorado en las ciudades”.