Frío extremo, el problema de los coches eléctricos que pone en jaque a los fabricantes

Frío extremo, el problema de los coches eléctricos que pone en jaque a los fabricantes

Los coches eléctricos tienen muchas ventajas, pero tambien algunos problemas que los fabricantes no saben como abordar. Uno de los más preocupantes es el frío extremo, que podría llegar a reducir la autonomía de un vehículo eléctrico hasta en un 50 %.

 

Los coches eléctricos dependen completamente de baterías para mantener la temperatura interior, ya que a diferencia de los coches convencionales, que utilizan el calor del motor para calentar el habitáculo, en climas fríos, la energía se utiliza no solo para mover el coche, sino también para calentar el habitáculo.

Además, el frío hace que el líquido del interior de las baterías de iones de litio se espese, haciendo mucho más complicado y lento el flujo de iones, lo que provoca una reducción de la carga. Es decir, el frío podría llegar a descargar más de la mitad de la capacidad de la batería.

En este sentido, un estudio reciente de Consumer Reports ha revelado que los vehículos eléctricos con tracción total pierden hasta un 25 % de su autonomía al circular a bajas temperaturas y a 112 km/h, e incluso más en trayectos cortos, ya que el coche debe recalentarse después de cada parada.

Las empresas que fabrican coches eléctricos ya están trabajando en el desarrollo de sistemas que minimicen la pérdida de autonomía en climas fríos, pero se han encontrado con el problema de que, aunque parecen soluciones prometedoras, aún tienen problemas de rentabilidad.

Una de las soluciones que se está investigando es la tecnología de las bombas de calor que, a diferencia de las resistencias comunes, extraen calor del aire y lo utilizan para calentar el vehículo. El inconveniente de estas bombas es que no se pueden instalar en los vehículos más antiguos.

Otras empresas utilizan bombas de calor alimentadas con propano, un sistema denominado TherMas que está siendo  implementado por la empresa alemana ZF. Con este sistema, se estima que la autonomía de los vehículos podría aumentar hasta un 30 % en temperaturas extremadamente frías.

TherMas integra un minirrefrigerador sellado en su núcleo y utiliza un refrigerante de propano sin flúor para que sea ecológico. El sistema podría estar disponible en 2026, aunque aún queda mucho camino por recorrer.

Por otra parte, los fabricantes están invirtiendo en baterías de estado sólido, que en lugar de utilizar electrolitos líquidos, que se espesan con el frío, utilizan materiales sólidos que no se ven afectados por la temperatura. De esta manera, Ford ya está desarrollando baterías de estado sólido, mientras que Toyota ha anunciado que podría lanzar su primer vehículo eléctrico con estas baterías en 2027, con una autonomía de hasta 1.200 kilómetros y carga completa en tan solo 10 minutos. Volkswagen también está desarrollando prototipos que podrían aumentar la autonomía en un 80 %.

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