Las ventas globales de vehículos eléctricos, incluyendo eléctricos puros (BEV) y eléctricos con enchufe o híbridos enchufables (PHEV), alcanzaron un volumen sin precedentes en septiembre de 2025, ya que según el estudio de Rho Motion, se comercializaron 2,1 millones de unidades, lo que implica un crecimiento del 26 % respecto al mismo mes del año anterior.
Este impulso provino principalmente de China y de un fuerte empujón en EE.UU. antes de la expiración de sus incentivos fiscales.
En China se produjo el fenómeno más notable, ya que allí se produjeron aproximadamente 1,3 millones de unidades, lo que representa cerca de dos tercios del total global. Esto fue posible gracias a la coincidencia con la temporada alta de compras y a que aún subsistían subsidios para el canje de automóviles antiguos por eléctricos.
En Europa, el volumen escaló un 36 % hasta las 427.541 unidades, impulsado por los subsidios en Alemania y una demanda sostenida en el Reino Unido.
Mientras tanto, en Norteamérica la cifra subió un 66 % hasta llegar a unas 215.000 unidades, gracias en gran parte a compras apuradas para beneficiarse del crédito fiscal de 7.500 USD que estaba por expirar.
A pesar de estas cifras alentadoras, los analistas advierten que el cuarto trimestre podría presentar un fuerte retroceso en EE.UU. con la finalización de esos incentivos federales.
Charles Lester, gestor de datos en Rho Motion, estima que “la demanda podría caer abruptamente cuando los incentivos desaparezcan”.
Para contrarrestar el impacto, algunos fabricantes como General Motors y Hyundai ya están lanzando promociones o ajustando inventarios a nivel de concesionario, aunque muchas líneas de producción están siendo reprogramadas. Además, GM ya anunció un cargo contable de 1.600 millones de dólares relacionado con la reorientación de su estrategia eléctrica.
China, por su parte, también está intensificando su presencia global, y en el mes de septiembre, sus exportaciones de vehículos eléctricos se duplicaron con respecto al año previo, alcanzando unas 222.000 unidades, lo que refleja la estrategia de los fabricantes chinos para sortear la fuerte competencia doméstica y aprovechar mercados exteriores.
BYD, por ejemplo, ha visto sus ventas internacionales dispararse, sobre todo en el Reino Unido, que se ha convertido en su mercado más grande fuera del país asiático. Adicionalmente, Tesla logró que sus ventas de vehículos producidos en China crecieran un 2,8 % interanual en septiembre, revirtiendo una tendencia a la baja de los meses anteriores.
Este escenario no está exento de tensión competitiva, de manera que Tesla planea introducir una versión más económica del Model Y en Europa, lo que podría provocar una fiebre de ajustes de precios en el Viejo Continente.
De esta manera, los fabricantes occidentales, con retos financieros, incertidumbres regulatorias y costos elevados de infraestructura, deberán buscar el equilibrio entre agresividad comercial y la sostenibilidad operativa en una transición que apenas empieza a acelerarse.