Una nueva tendencia está surgiendo entre los que tienen dudas a la hora de adquirir un coche eléctrico... si uno se arrepiente, siempre quedará la opcion de convertirlo en híbrido, una solución que tiene un enfoque similar a la práctica conocida como retrofit, pero a la inversa.
Se trata de una técnica que permite convertir un vehículo de combustión, ya sea diésel o gasolina, en un cero emisiones, es decir, el retrofit en estado puro, pero al revés. Hasta la fecha, el retrofit se definía como un reacondicionamiento basado en la sustitución de la mecánica de combustión por otra cien por cien enchufable, para lo que resulta necesario colocar, entre otros elementos, cables de alta tensión, una toma de potencia y una batería y un variador, que es el encargado de convertir la electricidad de las baterías al voltaje que requiera el motor.
Una vez realizados estos trabajos y antes de que el coche antes de combustión y ahora eléctrico salga a carretera es imprescindible que consiga homologación oficial, lo que incluye un nuevo permiso de circulación y pasar la ITV como prueba definitiva de que todo está en orden.
Pues bien, ahora la compañía Horse Powertrain acaba de presentar su particular Retrofit a la inversa, una innovación presentada en el Salón de Shanghái bajo la denominación oficial de Future Hybrid Concept da una vuelta de tuerca a las tecnologías de propulsión híbrida que concentra en una sola unidad el motor de combustión junto al eléctrico y la transmisión, con lo que consigue crear una mecánica ultracompacta y ultraligera que puede acoplarse incluso en plataformas que en su día fueron desarrolladas para coches eléctricos a batería.
Lo que plantean es una especie de retrofit pero a la inversa, es decir, que un coche que en origen era eléctrico pueda funcionar con diésel o gasolina, una ocurrencia esta empresa en la que participan Geely y Renault, que ha desarrollado un sistema de propulsión híbrido diseñado para ser instalado en un vehículo electrificado.
Entre las ventajas de esta innovadora tecnología, más allá de que elimina alguno de los grandes inconvenientes de los enchufables, como son la autonomía o el tiempo de recarga, destaca que es muy sencilla de instalar.
Según explican desde la compañía, su invento consta de un motor de combustión interna que se suma al motor eléctrico creando una única unidad que se puede instalar en el espacio del motor principal del coche eléctrico.
Este sistema de Geely y Renault destaca por su sencillez de uso, ya que según explican los responsables del proyecto, se atornilla directamente al subchasis eliminando muchos de los complejos trámites que conlleva el retrofit tradicional, asegurando que el sistema puede funcionar con gasolina, metanol puro, mezcla de etanol, gasolina E85 y combustibles sintéticos.
Según ha explicado Matias Giannini, director ejecutivo de Horse Powertrain, "durante más de una década parecía que los vehículos eléctricos a batería eran el único camino hacia el cero neto y los fabricantes de equipos originales (OEM) planificaron en consecuencia", que ha añadido que "ahora estamos avanzando hacia un mundo tecnológicamente neutral, con diferentes mercados y aplicaciones".
Las posibilidades que se abren con esta tecnología son variadas, empezando con que puede ser una solución para aquellos que tras comprar un coche eléctrico se arrepienten porque se les queda corta la autonomía, no tienen dónde cargar o no quieren estar pendientes de si se agota la batería.
También es una buena alternativa para aquellos que quieren el eléctrico pero no como única opción, con lo que se convierte en una herramienta para convertir un eléctrico a secas en uno de autonomía extendida.
Ademas, se trata de una estupenda opcion para fabricantes que se estén replanteando la electrificación de su gama de vehículos o quieran replicar el éxito de algunos de sus modelos cero emisiones en el mercado tradicional.