Los coches eléctricos, y más en concreto los procedentes de China, han llegado a nuestra vida para quedarse, hasta el punto de que en nuestro país ya se comercializan vehículos de más de una decena de marcas procedentes del país asiático o con vínculos con el mismo, una situación que conlleva que cada vez haya más de estos vehículos circulando por nuestras carreteras y que, por lo tanto, comienzan a llegar a los talleres y desguaces de todo el país.
En contra de lo que se puede llegar a pensar, el hecho de que los coches de marcas chinas hayan comenzado a llegar a los desguaces no implica que estos sean menos fiables o que no se puedan reparar en caso de sufrir accidentes de tráfico, hasta el punto de muchos de los últimos modelos procedentes de estos fabricantes cuentan con la mayor puntuación en los test de EuroNCAP.
En este sentido, el responsable de Recomotor, Marc Cuñat, ha explicado que "la presencia de modelos chinos en los centros de tratamiento de vehículos es el indicio definitivo de que han pasado a integrarse plenamente en el ciclo de vida del parque móvil de nuestro país".
Así las cosas, la llegada a los desguaces de estos vehiculos tiene mucho que ver con que, al haber cada vez más vehículos por las carreteras, es inevitable que estos se vean implicados en siniestros, lo que provoca que algunos de ellos acaben llegando a centros de tratamiento de vehículos.
Para reflejar la llegada masiva de vehículos asiáticos a nuestro país, sólo hace falta ver los números de las principales marcas obtenidas el pasado 2024, unas cifras a las que demeos sumar el resto de fabricantes que ya se encuentran con un modelo, como mínimo, comercializándose en nuestro país. Estas son: Leapmotor, Dongfeng, DFSK, Xpeng, Hongqi, SWM y Yudo.
Cuando los vehículos eléctricos chinos llegan a los desguaces, "el número de piezas recuperables es bastante similar al de los coches de combustión", ha afirmado Cuñat, quien también se ha referido a que "muchas de ellas, como la carrocería, la suspensión o los interiores, se revisan de la misma manera" que sucede con un automóvil propulsado por un motor térmico.
En cualquier caso uno de los principales desafíos que presenta el sector de los desguaces ante la llegada de los coches eléctricos asiáticos pasa, según Cuñat, por que "en lo referente a componentes claves como el motor eléctrico y la batería de alto voltaje, hemos tenido que adaptarnos y adquirir sistemas de diagnosis específicos".
Además, y a pesar de que los fabricantes asiáticos se han adaptado a los cambios en lo que a disponibilidad de recambios se refiere, hay otras piezas menos comunes que sí que presentan unos tiempos de espera más largos, y que superan, en ocasiones, las tres semanas. "Esto complica aún más la viabilidad de muchas reparaciones, ya que el coste del vehículo siniestrado puede acercarse rápidamente al valor venal si los plazos se alargan y la disponibilidad de piezas no está garantizada", ha asegurado Cuñat.
