Presentan un decálogo de la seguridad en el coche eléctrico

Presentan un decálogo de la seguridad en el coche eléctrico

La mayoría de los conductores aún tiene dudas sobre algunos aspectos capitales a la hora de apostar por un coche eléctrico, tales como la autonomía, la seguridad o la recarga de estos vehículos. Para combatir esta desinformación, la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) y la patronal de concesionarios Faconauto han elaborado el Decálogo de Seguridad del Vehículo Eléctrico.

 

Se trata de una iniciativa que busca dotar a los concesionarios de herramientas claras y rigurosas para responder a las preguntas más frecuentes de los clientes y desmontar los mitos que rodean a la movilidad eléctrica.

El caso es que a la hora de elegir un coche, la motorización eléctrica sigue generando muchas dudas entre los conductores, motivo por el que este decálogo resluta de especial interés para aquellos que están pensando en dar el paso de adquirir un coche eléctrico, pero no están decididos del todo.

Además, esta iniciativa conjunta de AEDIVE y Faconauto llega en un momento en el que la preocupación social por la seguridad de los vehículos eléctricos se ha visto amplificada por varias noticias recientes de incendios; y casos como el incendio de un coche municipal en Calpe (Alicante) o de varios automóviles en aparcamientos de Madrid han contribuido a generar cierta alarma y a reforzar mitos sobre el riesgo de incendio de estos vehículos.

Todo ello ha alimentado dudas infundadas que ahora estas dos asociaciones quieren disipar con información rigurosa y argumentos técnicos. En este sentido, Arturo Pérez de Lucía, director general de AEDIVE, ha explicado que “este decálogo aporta claridad con base técnica y responde con precisión a las inquietudes más frecuentes de usuarios, compradores y gestores en espacios compartidos”.

Los puntos de este decálogo, que ayudan a aclarar las dudas más comunes y a desterrar los falsos mitos sobre el vehículo eléctrico, son los siguientes:

  • Protección por diseño

Los vehículos eléctricos cumplen normativas de seguridad incluso más estrictas que los convencionales. Sus baterías se diseñan y fabrican con sistemas de supervisión continua, capaces de detectar y corregir cualquier anomalía durante el funcionamiento para minimizar y controlar el riesgo de incendio.

  • Menos incendios, más seguridad

Los datos lo confirman: los vehículos eléctricos sufren menos incendios que los de combustión, desmontando así uno de los temores más repetidos. Las estadísticas objetivas muestran que el riesgo de incendio es inferior al de los coches de gasolina o diésel.

  • Baterías bajo control total

Las baterías de los coches eléctricos están protegidas y monitorizadas las 24 horas. Muchas marcas ya emplean tecnologías avanzadas y químicas como el litio-hierro-fosfato (LFP), que reducen aún más el riesgo de incendio. Además, los sistemas de gestión electrónica supervisan constantemente el estado de la batería.

  • Carga doméstica segura

Un punto de recarga instalado por profesionales cualificados y conforme a la normativa garantiza una experiencia segura. Si se produce cualquier anomalía, el sistema corta automáticamente el flujo eléctrico. Una instalación mal ejecutada puede ser origen de incendio, por lo que siempre hay que confiar en expertos. Las baterías están protegidas y monitorizadas las 24 horas para garantizar la máxima seguridad en todo momento

  • Nada de enchufes domésticos

Usar enchufes tipo schuko durante muchas horas es peligroso, ya que no están preparados para soportar largas sesiones de carga y pueden sobrecalentarse. Por eso es imprescindible instalar un cargador específico: es más rápido y, sobre todo, mucho más seguro.

  • Mantenimiento mínimo, pero esencial

Aunque los coches eléctricos requieren menos revisiones que los de combustión, es fundamental seguir el plan del fabricante, especialmente en lo referente a la batería. No se debe manipular cables ni componentes eléctricos por cuenta propia; y todas las intervenciones deben realizarse siempre en talleres cualificados. 

  • Protocolo post-impacto

Si se ha producido un golpe en los bajos del vehículo, justo donde va la batería, conviene revisarlo en el taller antes de estacionarlo en un garaje cerrado. Así se descartan posibles daños ocultos y se garantiza la seguridad.

  • El agua sí apaga incendios

Lejos del mito, el agua es efectiva contra incendios en eléctricos. Los bomberos están formados y equipados para intervenir en este tipo de fuegos, aplicando el mejor conocimiento y recursos. Además, los residuos de batería tras un incendio se gestionan conforme a la normativa de residuos peligrosos, cuidando también el entorno.

  • Espacios compartidos seguros

Informar de la presencia de vehículos eléctricos en un garaje comunitario permite adoptar medidas preventivas, entre ellas señalizar correctamente las plazas en el plano del aparcamiento, lo que facilita la labor de los bomberos en caso de emergencia y mejora la seguridad de todos.

  • Profesionales, siempre

La instalación de puntos de carga y cualquier revisión o reparación debe estar en manos de expertos cualificados, conocedores de la normativa y los protocolos adecuados. Solo así se garantiza la seguridad y el correcto funcionamiento del vehículo eléctrico.

 

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