Los dos datos que marcan la evolucion de los coches eléctricos en nuestro país es cuánta autonomía tienen y cuánto tardan en cargarse. Ahora, parece que el problema de los puntos de recarga podría desvanecerse, teniendo en cuenta que lo que parece haber realmente, es una gran cantidad de enchufes sin utilizar.
De esta manera, Arturo Pérez de Lucía, director general de Aedive, ha explicado en un encuentro divulgativo en el stand de PowerCo ubicado en el Valencia Digital Summit, que «hay cargadores suficientes, y sólo se usan un 6 %».
Este dato, hasta la fecha, había sido utilizado por Iberdrola, y sonaba como la nota discordante en las mesas redondas con la automoción, ya que las marcas han estado criticando la falta de una red de recarga suficiente.
Ahora los expertos parecen asumir que las cifras de uso de estos cargadores públicos son tan bajas que no existe un problema real de acceso a la recarga, y «sólo hay problemas en algunos destinos muy concretos», lo que implica que el usuario, que ya tiene muy controlado como cargar su vehículo en su casa, en el acceso a la carga rápida en carretera carece de problemas, que parecen existir en algunos destinos donde el usuario no tiene localizados los puntos de recarga.
Lo habitual es optar en casa por el modo de carga más económico, que es más lento, mientras que en carretera se busca el más rápido, asumiendo costes notablemente más altos aunque por debajo del precio medio de la gasolina. El problema de la carga en destino es que dentro de las ciudades no son habituales los supercargadores, y que las cargas en corriente alterna son más fácilmente planificables en la ciudad en la que uno vive que en la que desconoce y está por trabajo u ocio.
Aunque queda claro que la red de recarga no es un problema actual con el volumen de vehículos eléctricos en circulación, en el encuentro organizado por PowerCo quedó abierto como será la red del futuro, quedando claro que los 40-50 kwh que ofrecen los cargadores de Repsol son insuficientes actualmente.
El estandar actual se sitúa en los 350 kwh mientras que se apuntó que el máximo a alcanzar podría llegar, en el caso de camiones, a los 1.000 kwh. Esta estructura permigiría tiempos inferiores a cinco minutos, un aspecto que en los no han usado un coche eléctrico les motiva por asemejarse al tipo de repostaje en los vehículos de combustión.
Así las cosas, en un cargador de 11 kwh, el precio escala hasta superar los 0,30 euros mientras que a 50kwh se cobra 0,47 euros por kilovatio y los cargadores rápidos alcanzan tarifas de hasta 0,80 euros por kilovatio. Esto nos llevaría a que cargar 50 kw de un coche eléctrico (unos 300 kilómetros), tendría duraciones de recarga de 16 horas, 4,5 horas, una hora o 15 minutos según si para ello se quiere gastar 6 euros, 15, 23,5 o 40 euros. Estos datos demuestran que el tiempo es inversamente proporcional al coste.
Estos números, y la opción de ahorro que ofrece una gestión eficiente de la recargas, que para un uso de 20.000 kilómetros al año presenta una oscilación de 2.400 euros, no forma parte de los comentarios recurrentes de los apocalícticos de la electrificación.
De esta manera, según PowerCo los principales mitos relacionados con la carga de los coche eléctricos son «no tienen suficiente autonomía», «se averían más que los coches de combustión», «las baterías no tienen segunda vida útil» o «tardan demasiado en cargarse».
Arturo Pérez de Lucia desmontó alguno de estos mitos, al afirmar que «el que viaja de Barcelona a Cadiz a 180 kilómetros por hora sin parar no tiene un problema de autonomía sino psicológico«.
