España no cumple los objetivos para 2025 de puntos de recarga de coche eléctrico

España no cumple los objetivos para 2025 de puntos de recarga de coche eléctrico

El ritmo de expansión de la red de recarga en España se ha acelerado en 2025, y nuestro país ya contaba con más de 48.000 a finales de agosto. Sin embargo, el hecho de que más de 13.000 de estos cargadores instalados, lo que supone un 22 % de la infraestructura disponible, no estén aún en servicio por retrasos administrativos y de conexión, pone en evidencia que vamos con bastante retraso en este ámbito.

 

Además, solo el 25 % de los puntos públicos ofrecen recarga rápida o ultrarrápida, fundamentales para desplazamientos largos y para el despegue del vehículo eléctrico entre la mayoría de usuarios.

El hecho es que ese a un buen ritmo de crecimiento local, España sigue a la cola en comparación con otros países europeos. Europa acumula en estas fechas  más de 950.000 puntos públicos de carga y alrededor de 11 millones de eléctricos en circulación en 2025, siendo países como Alemania, Francia, Países Bajos e Italia los que lideran el despliegue y concentran buena parte de la red continental.

En este sentido, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) fija como objetivo para España alcanzar 5,5 millones de eléctricos y más de 100.000 puntos de recarga para 2030, pero al ritmo actual, cumplir ese objetivo exigiría multiplicar por ocho la velocidad de despliegue y agilizar la puesta en marcha de infraestructuras.

La reciente inauguración de hubs como el de Intu Xanadú supone un salto cualitativo y cuantitativo para mejorar la experiencia del usuario, ofrecer servicios multiformato (ultrarrápidos y semirrápidos) y garantizar la carga a gran escala sin saturaciones. Por otra parte, la red de Iberdrola, con más de 10.000 puntos públicos activos en septiembre de 2025 (el 25% de ellos rápidos o ultrarrápidos), sirve para confirmar que la colaboración público-privada y la competencia entre operadores son las palancas clave del progreso.

En cualquier caso, para que España alcance el ritmo europeo son urgentes reformas en la tramitación, incentivos regulatorios y una estrategia nacional clara, que además contemple el despliegue de infraestructuras de recarga en áreas rurales, autopistas y centros logísticos.

Y por otra parte, la reducción del coste, el impulso del vehículo eléctrico asequible y la integración de energías renovables en la recarga resultan vitales para la descarbonización del transporte.

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