En un nuevo experimento tecnológico, China ha desarrollado un sistema que permite a determinados coches eléctricos “expulsar” su batería exteriormente ante un sobrecalentamiento grave, algo especialmente pensado para el caso de un incendio fortuito en te tipo de vehiculos.
El gigante asiático ha vuelto a sorprender en el ámbito de la movilidad eléctrica con una propuesta que deja poco margen para la imaginación: automóviles capaces de expulsar su propia batería en caso de detectar un calor crítico. El objetivo es alejar la fuente de peligro del habitáculo, pero la iniciativa ya ha despertado profundas dudas sobre su idoneidad y seguridad, ya que aunque la intención es mejorar la seguridad de los ocupantes, el mecanismo podría implicar riesgos en entornos urbanos.
Según la información divulgada, el sistema se activa en menos de un segundo ante un sobrecalentamiento de la batería; y en las pruebas realizadas, la batería es expulsada con fuerza, alcanzando distancias entre 3 y 6 metros desde el vehículo.
En uno de los vídeos más comentados sobre las pruebas, se utilizó un SUVmodelo Chery iCar 03T como plataforma de prueba, donde se ve como se diapara la batería hacia almohadillas de seguridad exteriores.
Aunque desde la perspectiva de los ocupantes internos el mecanismo podría parecer exitoso, la reacción del entorno fue inmediata, y nuemrosos expertos en seguridad han denunciado que transformar una batería de cientos de kilos en un proyectil activo es una idea peligrosísima en vías urbanas, ya que la batería expulsada podría impactar contra otros vehículos, peatones o infraestructura circundante, generando riesgos incluso mayores que los que pretendía evitarse.
En este contexto, las empresas implicadas en el desarrollo se apresuraron a distanciarse del proyecto, indicando que no tienen relación directa con el dispositivo. Mientras tanto, la industria automovilística en Occidente coincide en que esta estrategia no es aceptable para entornos urbanos densos, y en lugar de “expulsar” la batería, se apuntan como alternativas más viables tecnologías de blindaje reforzado, módulos sellados o sistemas inteligentes de gestión térmica de celdas.
Este episodio sirve como recordatorio de que la innovación en movilidad eléctrica debe equilibrarse con criterios de seguridad global, de manera que resolver un problema dentro del coche no puede suponer trasladarlo al entorno exterior.
Así las cosas, esta propuesta china encarna una solución radical, pero también pone en evidencia los riesgos de iniciativas tecnológicas precipitada sin una visión holística del ecosistema vial.